Es difícil evocar Borgoña sin pensar en la viña. Y razones no faltan, aquí, el vino forma parte de la vida y una buena forma de descubrir la región es seguir las rutas. Gracias a la variedad de viñedos, Borgoña no propone una ruta de vinos, sino varias. De qué ocuparse durante varios fines de semana. Al norte de la región, tome la ruta turística de los viñedos del Yonne que atraviesa los viñedos de Auxerrois, de Chablisien y de Tonnerrois. Más célebre aún, la ruta turística de los Grandes Caldos de Borgoña se extiende desde las puertas de Dijon hasta las de Saône-et-Loire. En el programa, los célebres vinos de la Côte de Nuits y de la Côte de Beaune y brebajes con nombres divinos: Chambertin, Romanée-Conti, Corton, Montrachet…
À proximidad de nuestro hotel, en las inmediaciones de Chalon-sur-Saône, la ruta turística de los Grandes Vinos de Borgoña atraviesa cuarenta comunas en el corazón de Côte chalonnaise y de Couchois. Allí podrá degustar, con moderación, excelentes vinos tintos como el Rully o el Mercurey, pero también sabrosos vinos blancos como los de Montagny y los de Givry. Por último, en la prolongación de esta ruta, descubra más al sur la ruta de los vinos de la región Macônnais-Beaujolais. Aquí también podrá saborear magníficas denominaciones: Macôn, Viré-Clissé, Pouilly-Fuissé, Saint-Véran…